Las quejas de los suscriptores de preferentes no se han limitado a manifestaciones en la calle. Las reclamaciones de los ahorradores se han multiplicado en los últimos meses. Y los juzgados temen colapsarse antes de final de año. El Juzgado de Primera Instancia Número 6 de Santander acaba de admitir a trámite la denuncia de un discapacitado intelectual que reclama que se anule su operación de compra de participaciones preferentes. Un total de 54.000 euros. En su demanda recuerda que creyó que se trataba de un producto «seguro, a plazo fijo y que tenía completa disponibilidad».
Este preferentista trabaja desde hace cuarenta años con Caja Cantabria, siempre con cuentas corrientes y de ahorro, hasta que en 2001 compró -«sin saberlo»- participaciones preferentes, según explica su abogado Juan Manuel Brun. Él y su hermana no acudieron al canje y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) les impuso una quita del 60% de su inversión.
Brun, en su demanda, expone que se trata de una persona que trabaja en un centro especial de empleo que desconocía qué son las participaciones preferentes y sus cuatro grandes riesgos: perpetuidad, liquidez, rentabilidad no garantizada y la inexistencia de amparo por parte del fondo de garantía de depósitos. Y recuerda que los rendimientos, en los últimos doce años, no llegaron en ocasiones al 3% del capital invertido. Lejos de percibir cantidades millonarias por su inversión en preferentes, su abogado explica que «algunos trimestre cobraron unos setenta euros». El escrito de demanda también explica que los preferentistas desconocían que se trataba de un producto calificado de alto riesgo, «nadie le explicó los pros y los contras de este producto financiero».
En los seis primeros meses del año han entrado en los juzgados cántabros 313 demandas de afectados por preferentes, una cifra que podría alcanzar las mil antes de finalizar 2013. A una media de casi un centenar por mes, los jueces temen que los juzgados civiles se colapsen. Hasta la fecha van una decena de sentencias sobre preferentistas y la mayoría han sido favorables, por lo que se está generando un efecto ‘llamada’ con el colectivo. La última condenó a Liberbank a devolver 20.000 euros a una viuda que invirtió la indemnización recibida por la muerte de su marido en participaciones preferentes. La sentencia anuló de pleno derecho este producto de alto riesgo. El abogado de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), Juan Manuel Brun, calcula que en Cantabria hay unos 5.000 afectados y la mayoría son de Liberbank, el banco de Caja Cantabria, que comercializó 180 millones de euros en cuatro emisiones de preferentes. Su despacho ha presentado 50 demandas y tiene preparadas otras tantas para presentar en los próximos meses.
Fuente: eldiariomontanes.es