La justicia intenta coger el ritmo tras meses de parón debido al coronavirus, pero las cosas todavía van lentas en los juzgados y también en los despachos de los operadores jurídicos que trabajan en la provincia de Ourense. Abogados y procuradores se han visto directamente afectados por el cierre casi total de los juzgados, que durante el confinamiento solo estaban operativos para las cuestiones urgentes, y ahora tras las reapertura tratan de recuperase económicamente, en una situación que para ellos, además, supone novedades en su manera de trabajar.
«La realización del trabajo ahora es más tediosa y más incómoda, no poder tener acceso a las oficinas judiciales es un problema, todo va más lento», asegura Ricardo Garrido, decano de los procuradores. La cita previa es ahora imprescindible para cualquier gestión, y esto no siempre es ágil. «Te señalan una diligencia para dentro de dos días, según el trabajo que tenga la plantilla, todo se ralentiza; el acceso ahora es muy limitado, en la mayoría de los juzgados hay que llamar y te despachan al momento a veces, pero para un trámite que antes se haría en el momento, ahora hay que esperar a que tengan un hueco, y puede ser un día o una semana», advierte,
Y en cuanto a las consecuencias económicas que ha tenido el parón para el sector, el decano de los procuradores no oculta el desastre que ha supuesto tener los despachos cerrados durante casi tres meses. «Ha sido una ruina tremenda, todos los compañeros a los que esta situación los ha pillado sin ahorros, se ven abocados al desastre», explica. Asegura que de momento la entrada de asuntos en los despachos no se está notando y que para este sector «no ha habido ERTE», por lo que hay quienes lo están pasando mal: «Para nosotros ha sido un aldabonazo tremendo», asegura el representante de los procuradores.
Y malos han sido también los últimos meses para los abogados que ejercen en Ourense. «Económicamente ha sido un palo duro», admite la decana del colegio, Pilar López-Guerrero, que recuerda que la mayor parte de los profesionales de la abogacía ourensanos son mutualistas, por lo que han sido pocos los que, como autónomos, han podido percibir alguna de las ayudas económicas que ha concedido la administración por la pérdida de trabajo.
«Las ayudas han sido para los autónomos, pero no para los mutualistas, y por tanto la mayor parte de los compañeros no han podido beneficiarse», asegura la decana, que explica que desde el colectivo de abogados, a nivel gallego, se ha solicitado a la administración gallega la puesta en marcha de ayudas para este sector. A través de un comunicado, los abogados rechazan las ayudas propuestas por la Xunta para los abogados, en concreto la donación de una cantidad económica solo para quienes están dados de alta en el turno de oficio, y piden otras medidas más efectivas y que incluyan a todo el colectivo, sin discriminaciones. «Galicia es hoy en día la única comunidad autónoma de España que no ha establecido ayudas económicas directas a los trabajadores autónomos tras la crisis del covid», recoge el escrito, en el que el Consello Galego da Avogacía solicitando «ayudas directas» por el cese de trabajo de los últimos meses. «Hay situaciones de malvivir», reconoce la decana, que recuerda que no todos los letrados tienen capacidad para aguantar cuatro meses sin ingresos.
Entre esos se encuentran seguramente los que acaban de empezar o llevan poco tiempo ejerciendo la abogacía. «Os avogados non cobramos ata que termina o pleito», constata Yolanda Ramos Capelo, presidenta de la agrupación de letrados jóvenes, que explica que muchos profesionales veteranos piden a sus clientes provisiones de fondos al inicio del procedimiento, pero no suelen hacerlo los que comienzan «porque o que queren e conservar o cliente». «É unha situación complicada, pero hai que ter esperanza, aínda que a moitos compañeiros lles está costando porque os gastos houbo que seguilos pagando, e os cartos non entraban», dice.
Las nuevas normas de la era post covid marcan novedosas formas de trabajar en los juzgados, en los que la cita previa es ahora obligatoria y donde se priman las actuaciones por vía telemática, para minimizar lo máximo posible el riesgo de contagio. Pero lo que sobre el papel parece la solución perfecta, no siempre funciona como debería. «Para las audiencias telemáticas se necesita más tiempo, la rapidez es muy limitada porque si hay alguna incidencia, antes en la sala se resolvía en unos minutos, pero ahora telemáticamente se tarda mucho más», asegura Ricardo Garrido, decano de los procuradores, que cree que las herramientas electrónicas todavía deben mejorar en los juzgados. « Yo creo que el parón de asuntos se podía haber evitado al menos en parte, porque con lexnet se podría haber avanzado desde casa durante el confinamiento; no se le sacó partido a la herramienta, creo que falló la organización», advierte.
«Hoy por hoy estamos en pañales», lamenta el procurador, que prevé que en los próximos meses haya atasco en los juzgados como consecuencia de haber estado tanto tiempo parados y por la menor agilidad que existe ahora. Y es que aunque hay medios técnicos, es cierto que su funcionamiento no es siempre el más adecuado. No es raro que fallen los sistemas de videoconferencia. Hace unos días varios juicios rápidos que debían celebrarse contra un mismo acusado, que declaraba desde prisión, tuvieron que aplazarse durante una hora porque el sistema de videollamada no funcionaba. A esos detalles nada insignificantes también deben enfrentarse ahora los operadores jurídicos.
Fuente:https://www.lavozdegalicia.es/noticia/ourense/2020/07/16/letrados-procuradores-acusan-paron-covid-ruina/0003_202007O16C1991.htm