Uno de los correos del ‘caso Bankia’ que obran en poder del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu demuestra que existió una ventana en 2011 para que los titulares de preferentes de la entidad se salieran del producto al precio al que lo habían comprado (nominal). Este correo, remitido por el inspector jefe del Banco de España (BdE) en la entidad, José Antonio Casaus, también deja claro que el supervisor esa consciente de esta circunstancia y de que el banco que presidía Rodrigo Rato no pensaba avisar de ello a los minoristas que tenían estos títulos. Y aun así, el BdE no hizo nada al respecto.
La ventana de oportunidad se derivaba de que, de cara a la salida a bolsa, Rato decidió traspasar las preferentes a BFA, el grupo donde se agruparon los peores activos de la entidad (una especie de banco malo) y que se constituyó como matriz de Bankia. Dado que los preferentistas son acreedores de una entidad (le prestan su dinero), si el deudor –el que les debe ese dinero– cambia, tienen derecho a reembolsarlo anticipadamente y al valor inicial, el nominal. Máxime cuando el nuevo deudor tenía una peor calificación crediticia, ya que era el banco malo.
Declaración de Rodrigo Rato en el juicio por las ‘tarjetas black’ el pasado día 4. (EFE)
Declaración de Rodrigo Rato en el juicio por las ‘tarjetas black’ el pasado día 4. (EFE)
En el resumen de una reunión sobre la liquidez de Caja Madrid celebrada el 13 de abril de 2011 que Casaus envió al BdE, este explica que «tras el anuncio del traspaso de activos y pasivos a Bankia y BFA, están recibiendo llamadas de acreedores mayoristas interesándose por dónde quedarán sus títulos, especialmente perjudicados en el caso de subordinadas y preferentes, que van a BFA y que contarían con derecho de oposición en el plazo de un mes desde la inscripción» [la negrita es de Casaus]. La posibilidad de salirse se denomina derecho de oposición: te puedes oponer a ese traspaso y, si no te hacen caso, reembolsar el dinero.
Ni avisan ni reembolsan a los minoristas
El escrito continúa: «No han informado individualmente a los acreedores, solo contestan las consultas que les llegan, transmitiéndoles tranquilidad con el argumento de que esta estructura se ha montado para lograr una gestión más eficiente y garantizar mejor el pago de todos los pasivos» [de nuevo, la negrita es de Casaus], lo que ya indica la nula voluntad de Bankia de avisar a sus clientes minoristas de que tenían este derecho.
Pero la conclusión es lo más preocupante: «Recomprarán los valores de aquellos acreedores que se sientan perjudicados y causen «revuelo». El volumen máximo (pasivos mayoristas que van a BFA, no lo esperan en minoristas) son 3.700 M€ de subordinadas, 400 M€ de preferentes y 5.400 M€ de avaladas» [en este caso el destacado es nuestro]. Esto significa que la entidad solo pretendía devolver el dinero a aquellos mayoristas que protestaran, no al resto, ni mucho menos a los minoristas, a los que ni siquiera había avisado y que, en consecuencia, no tenían ni idea de esta posibilidad.
MAFO no hizo nada
El entonces gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, no tomó ninguna medida relacionada con esta información remitida por Casaus. De ahí que el grueso del saldo de estos productos siguiera vivo hasta la nacionalización tanto de BFA como de Bankia en mayo de 2012 (un año después de esta comunicación) y que, como parte del rescate y para minimizar el coste para el contribuyente, se le impusiera una fuerte quita por parte de la Comisión Europea. Finalmente, el ministro Luis de Guindos consiguió que Bruselas le permitiera realizar un arbitraje en el que el grueso de los minoristas pudo recuperar toda su inversión.
No obstante, también hay que tener en cuenta que, en abril de 2011, es poco probable que la mayoría de los preferentistas se hubiera salido de estos productos aunque se les informara de ese derecho: pagaban religiosamente unos intereses muy superiores al mercado (de hasta el 8%) y nadie temía entonces una nacionalización o una posible pérdida de su dinero, aunque en muchos casos eso se debía a que no eran conscientes de que las preferentes asumían pérdidas. En todo caso, en aquel entonces las preferentes ya habían sufrido una caída importante en el mercado donde cotizaban, ya que se habían vendido a los minoristas a un precio muy superior a su valor real.
Ni MAFO ni el BdE han sido imputados hasta el momento en ninguna de las múltiples causas que se siguen contra Bankia en los tribunales, a pesar de que las acusaciones lo han solicitado en algunas ocasiones. Así, el director de la acusación popular en el caso de la salida a bolsa, Andrés Herzog, pidió la comparecencia del exgobernador, pero el juez Andreu la denegó.
Fuente: Elconfidencial.com