La Justicia necesita modernizar su sistema de trabajo. Con esta afirmación, el presidente de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, José Manuel Sieira, explicó que, con una buena organización los juzgados podrían sacar muchos temas adelante, reduciendo los plazos. “No faltan tanto medios materiales como una organización moderna del sistema judicial similar a la que tienen los grandes despachos de abogados”, defendió.
En un encuentro con periodistas celebrado este martes, Seira hizo balance de su año y tres meses en la presidencia de la Sala, donde han logrado reducir el número de asuntos pendientes de forma notable. ¿La clave? Un gabinete técnico formado por magistrados y letrados que, sin embargo, no goza de la estabilidad que sería aconsejable para consolidar la mejora del ritmo de trabajo en el Alto Tribunal.
Sin embargo, según el presidente, este gabinete se ve amenazado desde varios puntos. Por un lado está el problema de que muchos miembros del equipo técnico trabajan en comisión de servicio, con lo que disminuye la estabilidad de sus puestos y dificulta una continuidad. Por otro lado, muchos de los miembros que lo componen se convierten en “piezas codiciadas” por los despachos de abogados y otras instituciones, que acaban llevándoselos.
El presidente de la Sala Tercera estima que ahora mismo los medios con los que cuenta son suficientes, pero ve necesario que se ofrezca a sus miembros una estabilidad. Entiende que esto se podría solventar con una regulación del gabinete que dé seguridad y garantías a sus miembros.
Miles de millones de euros en juego
Sieira cree que el nuevo gobierno debe de tener muy presente que apostar por el buen funcionamiento del sistema judicial no es un gasto sino una inversión, ya que una Justicia que funcione “es económicamente rentable”.
Para demostrarlo, el magistrado puso de ejemplo los datos de su Sala. El coste actual de la Sala Tercera es de 2,5 millones de euros al año. Sólo en los cinco primeros meses de 2010, el Tesoro ingresó por resolución de litigios resueltos en esa Sala 322 millones de euros. Una cifra que si se extiende a todo el año llega a alcanzar los 700 millones de euros.
Además, contó que recientemente se habían resuelto 27 casos en los que estaban en juego, en total, 2.500 millones de euros. “Estamos en torno a no menos de 5.000 millones de euros en manos de la Sala Tercera al año”, sostuvo. Por todo ello, el presidente aseguró que lo primero que harán cuando se conozca el nombre del nuevo ministro de Justicia será pedirle una cita para abordar este tema.
José Manuel Sieira considera que si este método de trabajo que se ha empleado en su Sala para reducir la pendencia se aplicara en todos los tribunales, sería posible mejorar de forma notable el funcionamiento de la Justicia. Además, también planteó la posibilidad de reducir las competencias del Tribunal Supremo a las estrictamente necesarias: aquellas que afectan al núcleo del Estado, como temas de Economía o Defensa. Aquellos asuntos relacionados con expropiaciones o responsabilidad patrimonial, por ejemplo, podrían agotarse en los tribunales superiores, según defendió.
En cuanto a disminuir la litigiosidad, el magistrado recordó que es tarea de todos y también de la Administración que muchas veces “presenta recursos que sabe que va a perder porque le compensa económicamente”. Sieira cree que si se aceleran los trámites, litigar dejará de ser rentable y no se verán estos casos.